Después de un debate que se extendió por más de ocho horas y que puso sobre la mesa argumentos de animalistas, comerciantes y caballistas, el Concejo Municipal de Calarcá aprobó el proyecto de acuerdo No. 014, presentado por el alcalde Juan Sebastián Ramos Velasco. La decisión deroga la norma que obligaba a incluir la cabalgata como evento fijo en las fiestas aniversarias de la Villa del Cacique.
La iniciativa obtuvo 13 votos a favor y 2 en contra, y se convierte en una de las discusiones local sobre bienestar animal más importantes. La concejal ponente, Cristina Arbeláez Duque, celebró la decisión: “Fue un debate de respeto. Este es un gran avance en el tema de bienestar animal, porque sabemos que hay muchas falencias en estos desfiles. Claro está que si una asociación quiere realizar una cabalgata, puede solicitar los permisos, pero ahora necesitamos una reglamentación estricta para estos eventos”, expresó.
Uno de los puntos que más peso tuvo en la discusión fueron los hechos registrados durante las festividades de junio de este año. Arbeláez presentó videos que evidenciaban un trato inadecuado hacia los caballos. A esto se sumó la intervención de Diana Milena Rodríguez, vocera de la fundación Ecohuellas, quien advirtió que estas actividades exponen a los animales a estrés extremo, recordando lo que dice la Ley 84 de 1989 sobre maltrato animal. “Los caballos sufren por la exposición al asfalto, al ruido y al manejo irresponsable de algunos jinetes, muchos de ellos bajo los efectos del alcohol”, señaló.
Sin embargo, no todas las voces estuvieron en contra de las cabalgatas. El sector comercial pidió alternativas que compensen el impacto económico que, aseguran, genera este evento. Según un representante, en la cabalgata de este año se movió buena parte del comercio local gracias a la asistencia masiva de familias y visitantes.
Por su parte, los caballistas, representados por la Asociación Cabalguemos y la Junta Directiva de CABAQUÍN, defendieron su práctica afirmando que los desfiles han contado con pólizas, planes de contingencia y acompañamiento veterinario. Reconocieron, eso sí, que la imagen de sus actividades se ve afectada por algunos jinetes que no cumplen las normas de cuidado y respeto hacia los animales.
Con la aprobación del acuerdo, Calarcá no prohíbe las cabalgatas, pero sí deja claro que su realización dependerá de la autorización, control y seguimiento de la administración municipal. Una decisión que marca un antes y un después en la manera como la ciudad celebra sus fiestas y que pone sobre la mesa un debate que seguramente seguirá abierto: ¿cómo equilibrar tradición, bienestar animal y dinamismo económico?



