Desde hace varios días circula un video desgarrador en redes sociales, donde se observa a un mono parado sobre una maquinaria amarilla, mientras emite gritos que muchos interpretan como una protesta de la fauna silvestre contra la destrucción de bosques. Este video, que ciertamente mueve fibras y nos invita a reflexionar sobre el impacto de la deforestación, busca sensibilizar sobre la necesidad de proteger los ecosistemas y los hábitats de miles de especies.
Sin embargo, lo que no es aceptable es que este tipo de contenido se utilice para generar caos y desinformación, especialmente cuando algunos portales de dudosa procedencia han afirmado erróneamente que el video fue grabado en el Quindío, específicamente en áreas de Salento o el Distrito de Conservación de Barbas Bremen entre Quindío y Risaralda. Esta afirmación no solo es falsa, sino que también ataca injustamente a entidades como la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), acusándola de no cumplir con su misión de proteger la fauna silvestre.
Quindío24Horas indagó para verificar la veracidad de esta afirmación y, tras consultar en diversas fuentes, descubrimos que el video ha sido replicado en diferentes redes sociales de países como Brasil, Perú y China. En ninguno de estos casos se ha logrado determinar el origen del video, lo que pone en evidencia que su autenticidad y ubicación son inciertas.
Esto plantea una grave inquietud: ¿qué motiva a algunos portales autodenominados medios de comunicación a difundir este tipo de videos sin contrastar la información? Esta falta de rigor periodístico, al no verificar la fuente ni el origen del material, es un claro ejemplo de cómo la desinformación se propaga rápidamente, dañando la imagen del departamento y de instituciones como la CRQ.
Es fundamental cuestionarnos cuál es el verdadero interés detrás de la difusión de este tipo de contenidos que no solo siembran dudas infundadas, sino que también generan ataques injustificados a la autoridad ambiental del Quindío.
El tiempo dirá qué propósito tienen quienes impulsan estas falsas narrativas.
